Muchas veces las cervezas ligeras son mal vistas, principalmente por su cuerpo leve y características sensoriales (si, hay snobs que esperan que esta variedad ofrezca sabores similares a una trapense). Y si hablamos de las cero, ni se diga.
A medida del tiempo, he cambiado mi forma de pensar (si, lo reconozco, al principio les daba duro de forma injusta), hasta llegar a disfrutar plenamente estas cervezas, ya que para mi, cumplen a cabalidad sus dos objetivos: refrescar sin utilizar químicos sintéticos como los de una bebida gaseosa común.
Para mi, no hay nada mejor que después de un día caluroso con un sol picante y abrasador, llegue la tarde y tenga a disposición una noble cerveza ligera.
Una de las novedades que tenía en mi nevera era esta Moosehead Light Lime, que me la obsequió Hernán Darío Jiménez, quien colabora de tiempo parcial en la Chichería Europea El Monje (Av. Cra 19 N° 105-52 Bogotá D.C.), y de hecho, esta cerveza la pueden disfrutar ahí mismo.
Tal como lo dije al principio, esta cerveza no les va a ofrecer una amplia gama de sabores y aromas, salvo toquecitos de limón, que complementan perfectamente sus leves características. Pero que logra cautivar y refrescar, así de simple.
Otra cosa que es interesante es su envase de vidrio verde, ya que la mayoría de este tipo (incluídas las nacionales), viene en envase transparente, que es nocivo para la integridad del producto e indiscutiblemente impactará de forma negativa en el sabor y aroma.
Cerveza bastante recomendada para sedientos y acalorados o paladares delicados.
PD. Muchas gracias a Hernán Darío por el obsequio y a Gustavo Gamba por la excelente atención y calidez con que fui atendido en La Chichería.
Barbãr Bok
Hace 4 días
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