domingo, 30 de septiembre de 2012

Oktoberfest en The Beer Wagon Pub

Gracias a Nelson Ricardo Garzón, de Cervecería de La Sabana y a Silvio Becerra, propietario de The Beer Wagon Pub y Restaurante Casa Brava por la invitación al Oktoberfest realizado en ese sitio, así como por la estupenda atención, cálida hospitalidad y la deliciosa comida que acompañó a las cervezas. En verdad que sumado a la hermosa vista de Bogotá que se contempla desde sus balcones, hacen de este lugar algo especial y diferente para deleitarse con los mejores platillos acompañados de excelentes cervezas.
Desde el 23 de septiembre hasta el 7 de octubre, tendrá lugar en dicho pub el homenaje al festival cervecero más famoso del mundo, donde los asistentes podrán encontrar un gran surtido de cervezas importadas, así como beber las cervezas de Cervecería de la Sabana, y conocer los productos de la nueva cervecería La Caleruna.
Gracias al apoyo de Silvio Becerra con los cerveceros caseros, este festival se ha vuelto un referente para que todos estos entusiastas se encuentren con el fin de compartir sus bebidas, recibir comentarios, sugerencias y se conozcan nuevos amigos.
Ahí tuve la oportunidad de encontrarme con Andrés Barrera, importador y distribuídor de insumos para la industria cervecera, así como el creador de la cerveza casera Ungenio, con Nelson Ricardo Garzón y su socio Ferney (propietarios de la Cervecería de la Sabana), el chef y homebrewer Juan Camilo Riveros, los propietarios de la cervecería La Caleruna y con Freddy Rojas (asesor para La Caleruna).
Aparte de la gran cantidad de cerveza que se bebió, la buena comida acompañó a cada uno de los asistentes. Apenas iniciaba la reunión, nos ofrecieron una tabla de carnes curadas, momentos después, hizo presencia unas suculentas salchichas típicas alemanas, acompañadas de puré de papas y chucrut. Ya de plato fuerte para la cena, hizo presencia un soberbio cerdo en salsa de cerveza belga fuerte y champiñones, acompañado de papa en cascos, este manjar fue elaborado por Juan Camilo Riveros.
El Oktoberfest fue amenizado con música típica alemana, que le imprimió mucha alegría y folclor al ambiente, de igual forma, los empleados tenían vestimentas típicas del país germano. Ya entrada la noche, el sitio estaba con la capacidad totalmente ocupada, la gente brindaba con sus jarras llenas de cerveza y el aroma de los platos que salían de la cocina evidentemente provocaban a todos los asistentes.
Aprovechando esta entrada, si quiero hacer un énfasis especial a Cervecería de la Sabana y la sorprendente evolución que han tenido en tan sólo 3 años de existencia y comercialización. Hace algunos años se realizó un evento similar a este, y ahí tuve la oportunidad de conocer el proyecto, así como su misión y objetivos. Ya con el transcurrir del tiempo, me enteré que esta pequeña planta ya estaba comercializando sus creaciones en The Beer Wagon y otros establecimientos cerveceros.
Cervecería de la Sabana ya está elaborando 6 estilos, de los cuales tres se llevaron mi total atención y admiración, estoy hablando la cerveza de quinua (cereal andino), una cerveza de café y una de miel. Me cautivaron las características que poseen tanto en sabor, aroma, así como en textura, cuerpo y finalización. Son bebidas sumamente agradables de beber, que junto con la comida, hicieron un maridaje perfecto.
En realidad, es un gusto ver que una pequeña planta ubicada en el municipio de Sopó, esté ofreciendo cervezas de esta calidad y variedad.
Felicitaciones a Nelson y a Ferney por llevar a través del buen camino a su cervecería, sin duda alguna, algo que muchas empresas novatas deben seguir como ejemplo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Demasiado exótica

Liefmans Goudenband es una cerveza que se podría considerar como la indicada para aquellas personas que tienen una mente abierta hacia nuevos e inexplorados sabores, es decir, no es apta para todo el mundo, ya que ofrece muchas características inquietantes y que en cierto modo, puede impactar fuertemente contra cualquier expectativa que se tenga de todas la cervezas en general.
La Liefmans Goudenband llama mucho la atención por el hecho que su botella se encuentra envuelta de forma elegante y original por un papel violeta con la etiqueta impresa, al destapar ese envoltorio, hace presencia una botella muy parecida a las de vino, y un corcho sujetado con alambres evita que el líquido escape de su envase.
Pero su presentación apenas es el inicio de sensaciones novedosas, que de seguro, muchos no han vivido en lo que a cervezas se refiere, porque desde el momento de destapar la botella y beber el primer sorbo, el paladar al igual que el olfato, se va a ver muy sorprendido y es en ese entonces, el inicio una experiencia que nos hace caer en cuenta de la riqueza e inagotable variedad que trae el mundo de la cerveza.
Para que los lectores puedan conocer un poco más de Liefmans Goudenband, se trata de una cerveza elaborada en Bélgica (un país con una tradición cervecera de muchos siglos), la cual pertenece al estilo o variedad Oud Bruin de Flandes. Lo curioso es la forma en que se elaboran las bebidas que tienen dicha identidad, ya que se trata de la mezcla de una cerveza que ya lleva bastante tiempo de maduración con otra joven con el fin de generar una fermentación secundaria y producir una riqueza y complejidad de sabores y aromas nunca antes experimentada en las cervezas que se consiguen localmente.
Debido a que esta cerveza tiene su magia, hay que vivir ese momento, sentir lo que Goudenband tiene para ofrecer, tal vez guste a unos, mientras a otros no, pero lo interesante y lo que vale realmente la pena no es lo que diga en unas palabras, sino sentarse, destapar la botella, servirla en una copa y descubrir todo lo que ella tiene para ofrecer y luego sacar conclusiones.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Cerca de la gente

En una de las últimas entradas que redactó el colega Filósofo Cervecero, él comenzaba su artículo con una frase que me causó bastante inquietud:
"...Todavía no estoy seguro si la "cultura cervecera" existe o no, pero digamos que sí".
Por mi parte, por lo que se vive en Colombia, el hecho que las microcervecerías diseñen estrategias para acercarse a la gente, es un claro ejemplo de culturización cervecera, y que ésta existe, que es totalmente real y palpable. ¿Qué quiero decir con eso? Tal vez los que tengan Facebook, o por los amigos y conocidos, se hayan enterado de los toures cerveceros que hacen 3 Cordilleras (Medellín), Apóstol (Medellín), Bogotá Beer Company (Bogotá).
Hace varios años, era algo totalmente restringido, prohibido, ingresar a una planta cervecera, había escasos registros fotográficos del interior de la fábrica, ningún consumidor tenía forma de saber como se hacía la bebida que tanto le gustaba (sólo por medio de libros), las plantas eran aisladas con rejas y guardias fuertemente armados que impedian acercarse, en fin, una etapa que la podría definir como "oscurantista".
Era lógico que en este escenario no había espacio para una "cultura cervecera", ni nada parecido. No había acercamiento entre la industria y el consumidor, éste sólo era visto como alguien que compra y bebe, fin de la historia.
Afortunadamente, la visión de los dirigentes de las microcervecerías, permitió que esto cambiara de forma radical y benéfica para ellos, los clientes y por supuesto, la cerveza.
Cada uno de ellos diseñó su propio programa a la hora de mostrar al público, al ciudadano de a pie, como es que a partir de unos simples ingredientes básicos, se obtiene la bebida más increíble de todas.
Tanto es el impacto de todo esto, que ya muchas personas saben que es lúpulo.
El acercamiento cervecería-público es la muestra más evidente que la cultura cervecera existe para todos aquellos interesados en explorar más y abrir su mente.

Curso Siebel Institute - Junio 2013

Información importante para todos las personas relacionadas con la elaboración de cerveza: Curso Intensivo en Tecnología de Elaboración de Cerveza, del 17 al 21 de junio de 2013.
Mayores informes al correo: i n f o @ a l c o h o l e s y l i c o r e s . c o m

domingo, 2 de septiembre de 2012

El terror de los coleccionistas

Otra de mis aficiones cerveceras es coleccionar los envases vacíos de las cervezas que bebo (otros los guardan con su contenido intacto), y los ubico en un mueble que está en el comedor, dándole a este espacio una inquietante y excelente decoración. Claro que el espacio es muy limitado y varias botellas han tenido que ser guardadas en cajas, hasta que adapte otro espacio que me permita exhibirlas.
Sin embargo, las botellas de las cervezas que importan para el mercado colombiano vienen con un añadido que en la mayoría de las veces, estropea por completo la elegancia y diseño del envase y la etiqueta, y me refiero a esos adhesivos horrendos de color blanco, los cuales informan sobre la empresa que trae el producto y los que dicen, en letra enorme "EL EXCESO DE ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD".
El detestable adhesivo que advierte sobre el consumo excesivo, por lo general es pegado en la etiqueta que identifica la cerveza, lo que inevitablemente daña por completo la belleza de ésta, y como los adhesivos de papel son una tortura para desprender (y si están pegados a otra superficie de este material, peor), no queda más remedio que dejarlos en ese lugar, so pena de acabar rasgando la identificación de la cerveza.
Otro grupo de importadores, quizás respetando el diseño de la etiqueta frontal deciden imprimir en un mismo trozo de papel, la advertencia y los datos de contacto de la empresa, para que de este modo adhieran este elemento en la parte lateral de las botellas. Sin embargo, el hecho que también el adhesivo se componga de papel, lo convierte en algo tedioso para despegar, aunque si es más sencillo de remover y no compromete las etiquetas originales de la cerveza (a no ser que lo peguen de forma errónea).
Pero como para todo hay gustos, otro segmento de empresas deciden de forma muy elegante, que este adhesivo legal sea elaborado de plástico transparente. Es evidente que al hacer eso, se respeta mucho el diseño de la botella y etiquetas, y también permite que éste se pueda desprender de forma sencilla, rápida y sin dejar ninguna marca o rastro que estropee algún componente original del envase. Como consumidor, considero que todo esto debería ser así, por lo menos.
Los que se llevan mis aplausos y ovaciones son aquellos importadores que tal vez hablan con el fabricante de las etiquetas originales, para que en las que se ubican en la parte posterior del envase, se imprima de una vez los datos de la empresa que trae la cerveza a Colombia. Definitivamente esto si es lo mejor para un coleccionista, ya que no tiene que hacer ninguna maniobra para dejar la botella tal y como salió de la planta cervecera. Sin embargo, supongo que esta es la manera más costosa para cumplir con este requisito legal.
Lamentablemente, este problema no es sólo de Colombia, de varias botellas de cerveza importada que me traje de Chile, éstas también presentaban estos horribles adhesivos de color blanco, pegados con sustancias que son muy difíciles de remover.