Navegando ahí por internet, me encontré con esta divertida comparación entre qué es mejor ¿rendirle culto a la cerveza o a una religión? He aquí las conclusiones.
1. Nadie lo condenará por no beber cerveza.
2. La cerveza no le ordena si debe o no tener sexo.
3. La cerveza nunca ha causado guerras letales (ni inquisiciones, ni cruzadas sangrientas).
4. La cerveza no fuerza a creer a los menores de edad, que no pueden pensar por sí mismos.
5. Cuando usted tiene cerveza, usted no se la pasa tocando puertas ajenas intentando que otras personas tomen una.
6. A nadie han quemado en hogueras, colgado en una horca, o torturado hasta la muerte por defender una marca de cerveza.
7. Usted no tiene que esperar más de 2.000 años para beber una segunda cerveza.
8. Hay leyes que dictaminan que las etiquetas de cerveza no pueden mentirle a usted y que deben informarle sobre el daño que causa el exceso a su salud.
9. Usted puede demostrar la existencia de la cerveza.
10. Si usted ha consagrado su vida a la cerveza, ésta no lo obliga a ser célibe.
11. La cerveza no lo recrimina por usar preservativo en sus relaciones.
12. La gente le agradece de forma más sincera si le regala una cerveza que un libro sagrado.
13. La cerveza respeta libertades.
Barbãr Bok
Hace 1 día
3 comentarios:
En realidad, no son las religiones sino las instituciones religiosas y aquellos que usan a la religión como elemento de poder los que tienen la culpa de todo lo arriba mencionado.
Para ser justos, hay mucha gente que hiere, viola o mata luego de tomarse unas cervezas de más, pero a nadie se le ocurriría culpar a la bebida por ello.
Las religiones no son ni buenas ni malas, son.
Igual, bastante gracioso.:)
Ah! Por favor, actualizá la dirección del feed de mi blog, o mejor volvete a suscribir que Google me deshabilitó la dirección anterior.
Na Zdraví!
Jajajaja, divertidísimo.
Lo voy a hacer correr entre mis amigos.
Prezado Jorge,
Como disse Pivní Filosof e concordo com o seu discurso, "Las religiones no son ni buenas ni malas, son". Pero, las cervezas son buenas siempre!!!
Um abraço,
Jean Claudi.
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