sábado, 11 de julio de 2009

Duvel desea llegar a más gente

En muchas ocasiones he notado que llegan al país productos cerveceros magníficos, pero lo hacen de una manera tan reservada, oculta, exclusiva, que prácticamente es necesario recurrir a "mediums", sortilegios, o en modo más fácil, enterarse en lo recóndito de la red o por medio de una persona que "la haya visto por casualidad", mientras caminaba por alguna calle de la ciudad.

Para fortuna de los amantes de la buena cerveza, varios importadores han decidido salir un poco de ese anonimato y llegar a más personas, que desconocen la existencia de cervezas deliciosas y que pueden ser clientes recurrentes. La licorera La Casa del Vino (o The Wine Store), ha desarrollado un método fenomenal para promocionar las cervezas de sus proveedores, dándole todo el respeto que se merece la bebida y a su vez, que la gente conozca "esas cervezas de nombre raro y botellas pintorescas", bajo un ambiente excelente y amigable.

Este año tuve la oportunidad de asistir por primera vez a una cata de las cervezas Erdinger. Lamentablemente, las baterías de mi cámara se descargaron justo en ese momento y no pude hacer el reportaje que se merecía, pero en esta ocasión, las benditas pilas se comportaron como era debido. El otro importador que se lanzó a promover su producto de esta manera fue el representante de la cerveza belga Duvel.

El evento tuvo lugar en las instalaciones de La Casa del Vino (Cll 81 No 10 - 50) el día 9 de julio, en horas de la noche y contó con la presencia de un grupo numeroso de personas (prácticamente el aforo del salón estaba al 99% de su capacidad), lo que da a pensar que estas catas son cada vez más populares y publicitadas.

Mi gusto fue mayúsculo cuando observé que la gran mayoría de los asistentes eran personas que apenas están ingresando al mundo cervecero y poco o nada conocían de Duvel,  tal vez interesados en saciar su curiosidad por esta bebida de nombre demoníaco o porque un amigo les insistió hasta el cansancio para que asistiera, de cualquier modo, fue placentero observar todo esto.

Como al momento de llegar la mesa estaba arreglada con las copas representativas de Duvel, a muchos nos dio una grata impresión de su belleza y delicadesa (y qué bien que las obsequiaron, hacía rato deseaba tener el recipiente en mi colección).

El panelista era representante comercial de la firma importadora, después de presentarse ante el público, empezó la charla con la historia de como había nacido Duvel, las razones por las que decidió llamarse de esa manera y los procesos de como se elabora para que sea una cerveza de tan magnífica calidad. También, algunos de los asistentes nos dieron más conocimiento acerca de la cerveza, todo en el ámbito de una sana discusión que nos permitió a todos los asistentes ampliar nuestros conocimientos en torno a esta delicia.

Después de las palabras, llegó el momento esperado por todos y fue cuando se sirvió Duvel en las copas tulipán, todos contemplábamos sus características visuales, su cremosa espuma (que se asemeja a la de un capuchino) y el torbellino que se genera en el interior del líquido, en fin, un regalo para la vista. Después olfateamos sus aromas complejos y procedimos a beberla con sumo placer y respeto.

Para finalizar, el expositor tenía algunas sorpresas para todos, aparte de las copas, se obsequiaron camisetas, busos y destapadores entre el grupo (yo me gané un destapador). La gente quedó encantada con el evento y feliz con la copa y los premios que se repartieron.

En conclusión, estos eventos ayudan muchísimo a promocionar un producto entre la población, seguramente los asistentes dirán a sus familias y amistades que probaron una cerveza única y diferente, y naturalmente, sembrando la semillita de la curiosidad.

3 comentarios:

Simon dijo...

que bien lo de Duvel, lastíma que estuviera de vacaciones porque me muero de las ganas de probarla...y también quería la copa...

Jean dijo...

Prezado Jorge,

Eu também desejo chegar mais próximos das cervejas Duvel. O que não permite a nossa aproximação é o custo, cerca de 50 reais (25 US$) uma "botella" de 750 ml.

Mas, continua minha luta por uma aproximação mais íntima.

Um abraço,

Jean Claudi.

The Trooper dijo...

Excelente!!