Acá, acompañando con una cerveza el rigor de la ley seca (es segunda vuelta presidencial electoral), mientras cae una interminable lluvia en la ciudad, decidí destapar una botella de la cerveza belga St. Paul Double, ya que el clima era más que perfecto para beber una cerveza bastante robusta.
Al quitar la tapa de la botella, emanaron de su interior intensos aromas a, moras y fresas, seguidamente, los aromas maltosos se mezclaron para luego llegar intensas notas aromáticas a café, madera y tostado. Al vertirla en la copa, se formó una espuma densa, cremosa, gruesa y de considerable duración, cuyo sabor era bastante amargo. Un color pardo oscuro con visos rojizos acompañaba la capa espumosa, de color beige. Su sabor, bastante amargo, a café y madera, y en menor intensidad, sabores vinosos, sobre un cuerpo bastante robusto. Todo finalizaba en la garganta con un fuerte amargor y toques a uvas, que tardaba en extinguirse totalmente.
Creí que me iba a tomar una cerveza similar a La Trappe Dubbel (estaba un poco predispuesto), pero grata sorpresa me llevé cuando sus cualidades distaban mucho de la trapense. Una cerveza intensa en todo sentido, muy indicada para beber en días frios y lluviosos, que seguramente, levantarán el ánimo con su fortaleza en la boca.
Barbãr Bok
Hace 14 horas
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