sábado, 14 de marzo de 2009

Desde Canadá nos leen... y bebemos con ellos

Una de las mayores satisfacciones al escribir un blog cervecero es la posibilidad de encontrar personas en otras latitudes con los mismos gustos, y mucho más gratificante es conocer personalmente a los lectores internacionales. Este es el caso de Luc, una gran persona y colega cervecero de Canadá que vino a Bogotá a visitar a su novia, y de paso, concordamos una cita en la que nos propusimos a probar varias cervezas (el trajo una gran cantidad de su país, mientras yo le llevé un par de Grolsch Amber Ale y una La Trappe Dubbel).Cuando llegué a su apartamento, me sorprendí con la gran variedad de cervezas que había traido, todas, pero absolutamente todas eran desconocidas para mi, y en este tema hablaremos de dos cervezas, las que bebimos ese mismo día (aparte de las que yo convidé). Iniciamos la charla cervecera degustando las Grolsch y La Trappe; Luc me comentó de lo amplia que es la cultura cervecera en su país, sobre todo en la zona de Quebec y Ontario (donde reside), muchas y magníficas cervecerías con evidente influencia belga que me hicieron desear un tour cervecero por la región, así mismo me comentó de la cultura en EUA, que también es muy fuerte, consolidada y de mucha calidad. Contrario a lo que creía, al pertenecer la comercialización al gobierno canadiense, las cervezas son bastante económicas (qué gran paraíso).
Después de consumir las cervezas que había traído, seguimos con las de Luc, iniciamos con la sublime cerveza canadiense Eisbock de Niagara, nunca antes había probado una cerveza de tan eximia calidad, su aroma era dulce, a caramelo, gengibre, miel y uva, tan solo al descorchar la botella, salió todo ese festival olfativo e invadió el lugar. Su color es ambar y su espuma es gruesa, de leve duración y café claro. Si buscamos otra definición para éxtasis, su sabor puede ser el indicado, encontramos una mezcla dulce de miel, uva y cereza, su cuerpo es medio a denso y un regusto dulce. Su contenido alcohólico es de 8%.
Ya con los traguitos arriba de la cabeza (Grolsch, La Trappe, Eisbock), el amigo Luc trajo a la mesa una cerveza que desde decidí hacer la inmsersión en el mundo cervecero, siempre quise degustar, un sobrenatural vino de cebada y "framboise" a la vez, la orgásmica Berkshire Raspberry Strong Ale, de origen estadounidense. ¡¡Ahhh!! No hay palabras para describirla, para eso hay que probarla y dejar que ella misma imprima las palabras en nuestras mentes. En ella encontramos un aroma fuerte, marcado
principalmente por las frambuesas y el lúpulo. Su espuma es café claro y muy afrutada, y su color, un fuerte escarlata oscuro. Su sabor causa sensaciones bastante curiosas, marcado también por las frambuesas inicia ácido y amargo, para luego después de un par de sorbos, se convierte en dulce, en una combinación de la fruta con chocolate. ¡¡Uff!! de sólo recordarlo se me hace agua la boca. Su cuerpo es denso y en su regusto encontramos las mismas características de sabor. Su contenido alcohólico es de 9%.
El buen Luc, tenía otras sorpresas cerveceras en su equipaje, de manera que me obsequió unas delicias norteamericanas para que las pruebe en la comodidad de mi hogar, con el transcurso de las semanas, les daré a conocerlas. ¡¡MUCHAS GRACIAS LUC Y MUCHOS ÉXITOS, QUE DIOS TE RECOMPENSE POR TU GENEROSIDAD!!

2 comentarios:

Pivní Filosof dijo...

El poder conocer otros aficionados cerveceros es, sin duda, lo más gratificante de escribir un blog.
Sin excepción, todas las personas que he conocido personalmente gracias al blog han sido fantásticas.
Y ni hablar de las cervezas que gracias a ellos he podido probar. Algunas de ellas puede que no hayan sido del todo buenas, pero siempre aprecio la posibilidad de probar cervezas que de otro modo nunca podría, más allá de su calidad. Cada cerveza nueva que se toma enriquece la experiencia y el conocimiento.

Anónimo dijo...

Coincido con el señor filósofo, así da gusto continuar escribiendo.
Un saludo.