domingo, 17 de abril de 2011

H2O

Muchas veces, al probar una cerveza, nos fijamos sólo en lo que la malta, el lúpulo, levaduras y otros ingredientes nos ofrecen al gusto y al olfato. Sin embargo, hay un componente que es más y nada menos que el 97% aprox. de lo que es la cerveza, el agua.
El preciado líquido, entrega muchas cualidades a la cervezas (principalmente sales y minerales), y es el responsable que muchas recetas sean únicas e irrepetibles, debido a que el agua, si a simple vista es igual en todo el mundo, su calidad y características si cambian según el lugar de origen. No es lo mismo un agua que nace en los Andes, que la que se origina en los Alpes, o en el Himalaya.
Teniendo en cuenta esta premisa, me di a la tarea de probar tres tipos distintos de agua (agua de la llave, agua embotellada nacional y otra de origen alpino), y fueron bastante interesantes las conclusiones a las que pude llegar.
Agua de la llave:Este tipo de agua es bastante difícil de encontrar su sabor original (a menos que uno tome un poco directamente de la planta de purificación), ya que influyen muchos aspectos como el estado de las redes de distribución, grifería, distancia hasta la planta, etc, en sus características sensoriales.
Lo que puedo decir, es que el líquido que sale de los grifos de mi casa, es un agua que tiene sutilísimos toques a cloro, metal y plástico. En lo que a su aroma se refiere, tiene una mínima presencia de cloro.
Nacional embotellada:Para este caso, elegí una de marca reconocida y muy popular, en la cual, el fabricante asegura que se trata de agua 100% natural, pura, de manantial y sin ningún proceso químico. En su tabla nutricional, le informan al consumidor que tiene una presencia de sodio en el orden de 0,208 mg/mL de agua.
Su sabor, así como su aroma, es prácticamente limpio, sin presencia de cloro u otros químicos, tiene una pequeñísima gasificación y un cuerpo mucho más ligero que el agua de la llave.
Embotellada importada: Para este caso, opté por una que, según su fabricante, proviene de los alpes franceses. En su tabla nutricional informan que el agua contiene una serie de sales y minerales. Como en la nacional hablé de la presencia de sodio, ésta lo tiene en el orden de 0,0065 mg/mL (muchísimo más bajo). Su cuerpo es el más ligero de las tres, prácticamente parece que uno estuviera bebiendo aire, sin embargo, su sabor presenta unas pequeñísimas e inquietantes notas dulzonas (probablemente, por los componentes que informa la tabla nutricional). Su aroma si es limpio.
Sin embargo, creería que la que se compra en Francia debe saber diferente a la que venden en Bogotá.
En conclusión, fue un interesante ejercicio sensorial en el que tuve que beber de la manera "un poco de ésta, un poco de aquella", el agua nacional y la importada para comenzar a sentir las diferencias que tiene cada una de ellas, ya que es complicado notar algo de sabor en algo que lo tiene en muy pequeñas proporciones.

1 comentarios:

Jean dijo...

Estimado Jorge,

A água também é muito importante após beber muita cerveja!!!

Abraço,

Jean Claudi.