lunes, 3 de octubre de 2011

¡¡No confudirse!!

Gracias a que la cerveza utiliza una variedad de insumos, y que se pueden combinar de innumerables maneras, el número de sabores, texturas y aromas que se generan también es considerable.
Según los correos que me llegan, dos de los aspectos que más intriga a las personas que ingresan a la exploración de cervezas alternativas son los sabores y los aromas.
Cuando algún bloguero, o en la página de una cerveza aparece en la descripción del producto que el sabor/aroma de éste tiene muchos componentes que generan aromas familiares al consumidor (es decir, a frutas, flores, panes, chocolate, café, etc), puede generar algo de confusión en los que inician.
A no ser que la receta lo especifique, a ninguna cerveza se le añade flores, chocolate, frutas, etc. Estos aromas/sabores se producen cuando se utilizan las maltas, los lúpulos y la levadura (que tienen sus propias características), así como la combinación de éstos genera reacciones químicas que terminan por producir esos sabores/aromas que nos son familiares.
Ahora bien, si la persona está iniciando, es necesario que comience por entrenar el olfato y el gusto para que pueda aprovecharlos al máximo cuando un día le ofrezcan una cerveza muy compleja. El placer que genera sentir muchos de los componentes aromáticos/saborizantes cuando se bebe una buena cerveza, es bastante grande y deja una interesante sensación de bienestar.
¡¡Ahh, casí se pasa!! Cuando esté en ese momento, asegúrese que su estado de ánimo sea óptimo, ya que eso también influye a la hora de sentir y entender lo que quiere comunicar la cerveza.

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