Hace algunos meses, se gestó un interesantísimo proyecto cervecero, de la mano de una emprendora y con apoyo de su familia denominado Jarros & Cervezas. No es una planta cervecera, ni tampoco un pub, se trata de un Club enfocado en enseñar y acercar a las personas al apasionante mundo de la cerveza, realizando eventos tales como catas dirigidas, visitas a microcervecerías y cursos de elaboración de cerveza.
El jueves de esta semana, recibí una invitación de Andrea Acosta, gerente y una de las creadoras del Club, para conocer y cubrir el segundo evento social de cata dirigida, cuyo expositor era el maestro Nicolás Cavanzo, en el que se hablaron de las cervezas trapenses La Trappe y se hicieron maridajes con cada uno de los estilos de la marca holandesa.
La cata fue realizada en el restaurante El Porteño (Calle 70 Nº 4-47), ubicado en el sector gastronómico Zona G y con una asistencia aproximada de treinta personas. Andrea abrió el evento ofreciendo una descripción de Jarros & Cervezas, para luego dar lugar a la cata, en la que Nicolás, hizo una introducción acerca de la historia que gira en torno a la cerveza trapense. Fue evidente el interés que se generó en el público cuando se enteraron que esta bebida era elaborada por una comunidad religiosa.
Después de la teoría, vino el momento de los maridajes, iniciamos con La Trappe Witte acompañado de un bloque de queso mozzarella, empapado de salsa al pomodoro. Una exquisita y espectacular combinación entre los sabores suavemente amargos de la cerveza, el sabor salado del queso y el dulce del tomate.
La Trappe Tripel fue maridada con un puré de papas y champiñones. Si bien el sabor del plato era suave y delicado, la fortaleza de sabores de la cerveza hizo que se complementaran de manera armoniosa, de todos los maridajes, éste fue el más novedoso.
El tercer plato, un steak holandés, fue combinado con la dubbel. La salsa y la textura de la carne estaban deliciosos, espectaculares, y el sabor vinoso de esta bebida fue el compañero ideal del plato. De lejos, el mejor maridaje que he probado.
La Trappe Blond acompañó un plato de verduras, pero como soy tan malo para consumir este tipo de alimentos, sólo bebí la cerveza, el plato no fui capaz de probarlo (aunque su aroma era picante, muy provocativo).
Y la versión Quadruppel, la más fuerte de la abadía holandesa, acompaño un postre de chocolate, el dulce del chocolate contrastó fuertemente con el fuerte sabor de la cerveza. Nunca había acompañado una cerveza con un plato dulce, pero la experiencia fue bastante agradable.
La cata, a pesar que duró casi tres horas, fue muy amena, dinámica y participativa, impecablemente organizada por la gente de J & C, muy bien moderada por Nicolás y la comida sumamente exquisita. Como otro de sus productos, el Club también exhibió algunas "anchetas" cerveceras, muy apropiadas para obsequiar en las festividades decembrinas. Se trata de cajas y baules en madera, que contienen cervezas de alta calidad, y en algunas, incluye un hermoso jarro cerámico, con el logo de J & C.
Agradezco de manera muy especial a Andrea y cia. por la invitación que me hicieron. Es evidente que J & C quiere entrar pisando fuerte, y con eventos como estos, alcanzarán muy pronto sus objetivos. Muchos éxitos con este hermoso proyecto (al que llaman sueño) y a seguir promoviendo la cultura cervecera en el país, un trabajo duro, pero que hecho con pasión, se pueden cultivar excelentes frutos.
2 comentarios:
Buena inciativa de esta gente.
Sería lindo que también hagan algo parecido, pero con platos tradicionales colombianos, para que la gente vea que incluso esas comidas simples y bien familiares pueden saborarse mejor si se las acompaña con buena cerveza.
¡¡Claro Max!! La cocina colombiana tiene muchas delicias dignas de ser acompañadas con las mejores cervezas, es un campo que hay que explotar.
Saludos!!
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