domingo, 31 de julio de 2011

Se estaban demorando

Últimamente, Clara López, la alcaldesa (e) de Bogotá está causando furor y a la vez haciendo crujir los dientes de muchos con sus medidas "anti-licor". La citada funcionaria ya expidió un decreto en el que prohibe la venta de bebidas alcohólicas en tiendas y supermercados después de las 11 de la noche. Además de eso, parece que está enfocada en acabar con los bares que rodean a los centros educativos (para los que no conozcan Colombia, al lado de una universidad, hay gran cantidad de bares, donde los estudiantes y profesores van a distensionarse después de una dura jornada o celebrar algo).
Según las estadísticas, la medida de restringir la venta licor ha disminuido los porcentajes de homicidios y riñas. Y ante esta afirmación, deseo dar una opinión PERSONAL:
Cuando alguien quiere pelear o tiene intenciones de atentar contra alguien, esa persona no va a mirar el reloj para decir "a partir de esta hora comienzo". No hay que ser un experto en comportamiento para ver que la violencia en las ciudades sigue disparada, y para el que lea, escuche y vea noticias, encontrará que casi la totalidad de problemas de orden público no provienen precisamente de una botella de bebida alcohólica.
Ahora, si nos remontamos a la historia, vemos que todas esas medidas restrictivas, son un caldo de cultivo para que se creen organizaciones clandestinas, lo que hace que el problema que se intentó atacar desde un principio, se convierta en tremendo monstruo, y que para neutralizarlo, se requiera un costo humano y económico enorme.
Recordemos que las bebidas alcohólicas, nacieron casi que a la par cuando los seres humanos decidieron agruparse para crear las civilizaciones, lo que hace de este tipo de alimento, algo que siempre ha estado atado a la naturaleza del individuo.
Respecto a la segunda medida (el consumo cerca a los centros educativos), me parece que este tema es de autocontrol y educación. Mi universidad está rodeada de muchos bares, y sin embargo, durante los seis años que estuve ahí, nunca observe a un estudiante ebrio dentro de ella, tal vez porque la consigna es "si quiere pasar una materia, mejor que esté en sus cinco sentidos". Ahora, si un estudiante (o profesor), suele embrigarse para ir a clase, no creo que dure mucho, y se vea en la necesidad de buscar otro trabajo u otra carrera.
Soy un convencido que el asunto del alcohol se trata con educación, al igual que con muchos otros alimentos y bebidas. Si bebe mucho de manera frecuente, obviamente se va a enfermar, al igual que si come muchas harinas, carbohidratos, grasas (en lo cual si han hecho un énfasis bastante fuerte en el transcurso de los años).

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